martes, 6 de marzo de 2012

HOGAR

-¿Sabes algo? Sólo a tus brazos he llamado hogar...

- ¿En verdad?

- Sí

Todas esas noches que bailamos en el balcón, las notas musicales acompañadas de cervezas y cigarros, yo formando nubes y ambos poniendo recuerdos en ellas, las nubes de humo, tan efímeras, y ahí poníamos el corazón, como si fuera una cajita, luego nos tatuábamos sonrisas, sabíamos que a la larga harían falta, la realidad no siempre es dulce, bueno, nunca lo es.

Vivir, al borde de la cornisa, vivir, ¿Cuál cornisa? era una abismo el que se extendía siempre frente a nosotros, y ahí vivimos, poderosos, sin miedo a la caída, el amor da alas y nosotros nos amábamos, no nos dejaríamos caer.

Y hoy estar aquí, tenerte donde te falto, donde el recuerdo pesa y mi abrazo, ese que tanto anhelas, espera tu llegada, ansioso, adolescente. Y tener que matar esa ansiedad con dosis controladas de recuerdos, ponerme gotas de sonrisas cada que sienta que la lluvia acude a mis ojos, y esperar, ser paciente.

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