martes, 6 de marzo de 2012

ETERNIDAD

Volviste, en forma de nubes sonóras regresas, vuelves con la noche, con la luna, y yo presto mis ojos a tus letras y oídos a tus notas y me entrego a la noche, recreando esa noche que no volvió a ser, la fusión de dos desconocidos que se fundieron en una misma llama por un momento y que, al clarear el día, enamorados y pretenciosos, se condenan a la eternidad. A mi siempre se me caían las citas de Borges como besos y tú las levantabas y las limpiabas para regresarlas a mi boca en forma de versos.
Pero soy tan etérea, tan volatil, tan, pues tan yo, que ambos sabiamos que ese era el único amanecer que compartiríamos, y me amaste así, amaste mis alas, aún lo haces, esas alas que me han alejado de ti y no me han llevado de vuelta.
Me amas, lo sé, en la imprecisión del sueño, me tocas y me vives en el hades onírico, pero sabes, es triste que ames mis alas y más triste que sólo ames mis letras, esas se acabaran un día, pero cuando eso suceda tengo besos, muchos, para ti.
Deseo llegar un día, a tu puerta, toda piel y sin versos, toda amor y sin pluma, toda yo y sin papel y que me ames entonces, no sería otra, pero ¿me amarías entonces? No lo sé, quisiera tus notas para mi canción y tú mis letras para la tuya y sin embargo, ambos estamos solos y yo, hoy, me abrazo a la noche y me convierto en recuerdo, eso es algo que sé hacer bien.

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