jueves, 14 de mayo de 2015

La importancia de llamarse tú.

Pude ser la rosa de sus días y él el príncipe de cada madrugada, pero no llegamos a ser inevitables. La realidad nos ha destruido de tantas maneras que con las caretas rotas y vencidos por las más dulces ilusiones, no nos permitimos bajar la guardia, nunca pudimos volar lado a lado. El universo me sigue negando el brillo de sus ojos, el tacto de sus manos y el sabor de sus labios, pero los sueños siguen siendo nuestros y aún podemos encontrar el camino de vuelta.